La ilusión es como un inservible artefacto del cual no nos deshacemos por no dejarle de adjudicar una función y utilidad; todo se adapta a su uso e incluso usos insospechados se le puede dar.
¿Es algo verdaderamente útil cuando sirve para algo o cuando esa función es reforzada una y otra vez? Pero primeramente debemos preguntarnos: ¿existe una verdadera función? Porque de la ilusiva función no podemos dudar, ¿pero qué hay de lo verdadero? Si todo es ilusión no deberían importar los artificios efectuados para que pueda subsistir, pero si no todo es ilusión los artificios no son más que obstinaciones.
Lo grave de la ilusión no es la ilusión misma, sino más bien el trasfondo sobre el cual surge. Si el trasfondo es real, dentro de todo algo se justifica; pero si el trasfondo también es una ilusión ya es todo simplemente un engaño. Y el engaño es efectivo justamente cuando no nos damos cuenta de él
jueves, octubre 29, 2009
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4 comentarios:
La ilusión puede ser muy despiadada.
Saludos, Alejandro.
José Roberto Coppola
lo único inservible de la ilusión es cuando la acompaña la desilusión y hace trizas todo
saludos
la ilusón nos mantiene vivos
Bueno, quizás la ilusión sea una mera convención para salir de la arbitrariedad que, de por sí, implica eso que se llama "realidad", ¿no?
Interesante reflexión!
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