Filosofándonos

"Si es necesario filosofar, es necesario filosofar. Si no es necesario filosofar, de todos modos es necesario filosofar, porque sólo filosonfando se puede demostrar la necesidad de prescindir de la filosofía". Agustín de Hipona.

martes, junio 13, 2006

"El pensamiento crea realidad"

“El pensamiento crea realidad”, tal era la paráfrasis que un compañero de trabajo le gustaba enarbolar. Según la explicación, ya se puede entrever, consistiría en lo siguiente: todo cuanto ocurre pareciera estar asociado o relacionado con la concepción que uno tenga; así pareciera que es uno quien determina ciertas situaciones. Y la manera de determinar estas situaciones sería por medio del pensamiento.

Así, p. ej., cuando uno salió unos minutos retrazados, piensa en todo el camino que va a llegar tarde, y es más, hasta nos empezamos a percatar de hechos que parecieran ocurrir con el solo propósito que lleguemos tarde: notamos que el tráfico avanza más lento, que (si vamos en colectivo) el chofer no tiene la más mínima intención de apurarse, o bien que en cada esquina nos debemos detener por culpa de un semáforo, cosa que sólo ahora, que uno está apurado, pareciera suceder (suceder con más frecuencia de lo habitual), etc. En suma, terminamos llegando tarde.

¿El pensamiento creó esa realidad? Si no hubiéramos pensado, a todo momento, que llegábamos tarde, ¿hubiéramos llegado tarde? Quizá sí, pero quizá no hubiéramos notado todas las situaciones y hechos que parecieran haberse confinado en nuestra contra. Entonces nuevamente la pregunta: ¿el pensamiento creó esas realidades?

Es sabido que muchas veces uno ve lo que quiere ver, y si uno quiere ver que va a llegar tarde, quizá sin duda lo va a ver.

Pero todo lo dicho no se ajusta a lo que mí compañero quería reflejar, el empleo que él daba a esta paráfrasis era, por decirlo así, positivo. Lo que intentaba hacer es que nosotros no tuviéramos en mente un “no, me van a decir que no” o un “no, no me va a salir”, puesto que si pensábamos eso posiblemente crearíamos esa realidad; más bien debíamos tener en mente un “sí, me a ir bien… me va a salir…”, etc. Era muy estimulante porque al estar uno convencido de ello prácticamente no notaba los “fracasos”.

Pero con el tiempo fui notando otra cosa: que la verdad, cuando uno tiene un pensamiento negativo, crea una realidad negativa, pero cuando uno los tiene positivo no siempre la realidad nos acompaña. ¿La diferencia? Tal vez con el positivo caminamos un poco más. ¿Una conclusión? La prudencia en las expectativas tal vez sea el mejor de los imparciales pensamientos.

sábado, junio 03, 2006

Acerca del mostrarse como somos

Y aquellas palabras quedaron resonando: “¿por qué no te mostrás como sos?”.

Hoy mí objetividad al escribir quizá se vea comprometida, por lo menos quizá me cueste separar aquello que quisiera exponer de lo que tal vez no debería justificar.


Entonces la pregunta es: ¿podemos mostrarnos como somos?, y en todo caso ¿qué es lo que somos? Recuerdo que Sábato hablaba de que todos llevamos máscaras, máscaras que nunca son las mismas, o mejor dicho, que van cambiando de acuerdo al papel que nos toca; así, en una misma persona, podemos encontrar, dice Sábato, la máscara de profesor, de alumno, de padre, de hijo, de esposo, de amigo… Y esto no es difícil de comprobar, puesto que no somos los mismos cuando estamos en un contexto que cuando estamos en otro. Me cuesta imaginarme a ese serio empresario jugando con sus hijos en una plaza, o haciendo chistes con amigos; ¿pero cuál de todas estas máscaras será él?

Sábato se pregunta qué máscaras nos pondremos cuando estamos en la más completa soledad, cuando no tenemos que ser nada ante nadie, cuando nada nos exige que seamos de determinada manera.

¿Sólo podremos ser lo que somos cuando nada ni nadie nos exija ser de alguna manera? ¿Sólo podremos mostrarnos como somos a nosotros mismos?, pero en todo caso, ¿nos mostraríamos como somos, o como nos gustaría ser? O aún más trágicamente: ¿somos algo?, ¿hay algo debajo de todas esas máscaras, o seremos como aquel Caballero invisible, que describe Cervantes, que sólo puede “existir” cuando tiene puesta su armadura, o en este caso, su máscara? ¿Seremos una máscara, o será que somos todas?

¿Nos encontraremos en alguna parte, o todas las partes conformaran un todo?