Ideal y realidad a veces es una peligrosa combinación, pero también necesaria para quien la convicción no acepta excusas.
La realidad es una puesta a prueba, una delimitadora de delirio, pero, como buena usurera, también estafa y corrompe.
A veces conformarse no es una opción, sino simplemente un camino; pero lo que no cambia es el elegir caminar.
El conformarse puede ser tanto una instancia como un destino, un hospedaje en medio del camino o un hogar permanente.
Conformarse es la derrota con uno mismo, es no haber sido vencido, sino haberse dejado vencer.
Ningún éxito está asegurado, al igual que tampoco lo está ningún fracaso.
sábado, diciembre 22, 2007
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