Nos desvanecemos junto con cada instante que inevitablemente transcurre.
Cada brisa nos lleva a la nada de algún ilusivo horizonte.
Cada mirada presencia al final de aquello que observa.
Y las palabras, nada más frágil que las palabras, un colorido suspiro de nostalgía de aquello que quizá aún no se sabe perdido.
sábado, julio 11, 2009
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