Vos lo creíste, yo lo creí… hasta que nos encontramos. De frente. Cara a cara.
Y allí por un largo tiempo (esa fugacidad de un instante) nos contemplamos en silencio. Lo sabíamos. No había lugar para las palabras.
Un letárgico suspiro sería la fidedigna señal del fin. Pero mientras tanto debíamos resistir, no debíamos cerrar los ojos. Pero sólo había un detalle: quizá nunca los tuvimos abiertos.
lunes, marzo 29, 2010
martes, marzo 23, 2010
VESTIGIOS DE PENSAMIENTO
Intentamos pensar en lo pensado en un pensamiento, pero no tenemos pensamientos, sino sólo palabras que se ordenan de un modo particular a la espera de que un pensamiento las haga pensadas, ese pensamiento que no debe ser sí mismo para poder algo captar, pero que mientras es muy pocas veces se da cuenta de su no dejar de ser, que en suma es lo que le permite ser y no pensar lo pensado, sino pensar según los vestigios de su propio pensamiento.
Impone y es impuesto, a veces lleva las rienda de su juego, pero pocas veces puede reconocer cuando verdaderamente gana o pierde.
Impone y es impuesto, a veces lleva las rienda de su juego, pero pocas veces puede reconocer cuando verdaderamente gana o pierde.
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