Filosofándonos

"Si es necesario filosofar, es necesario filosofar. Si no es necesario filosofar, de todos modos es necesario filosofar, porque sólo filosonfando se puede demostrar la necesidad de prescindir de la filosofía". Agustín de Hipona.

viernes, septiembre 28, 2007

Acerca de aprovechar el día

Me cuesta hacerme a la idea de desperdiciar un día, en no hacer de él, aunque mínimamente, algo productivo. Pero aquí surge otra cuestión: ¿a qué considerar algo productivo?

Si nos ponemos en una perspectiva estricta deberíamos decir que el tiempo nunca llega a ser desperdiciado, sino que en todo caso no es aprovechado de manera consciente y por ende en algo que elijamos o creamos provechoso.

Tampoco se trata que nos pasemos la vida tratando de ser aquello para lo cual estamos en este mundo; porque hay tanta certeza en ello como quizás en lo que inciertamente hacemos.

Según lo veamos, un día puede ser tan aprovechado como desaprovechado, incluso haciendo lo mismo, por supuesto, en distintos momentos y bajo distintas circunstancias.

Todos tenemos algo para dar, y también para exigirnos; pero no se trata de desesperarnos ante la fuga de las horas, sino de saber que hicimos lo mejor que pudimos hacer, porque incluso hasta lo bueno en exceso en alguna medida puede resultar desperdiciado.

martes, septiembre 11, 2007

Libertad, elección, decisión

El poder elegir o decidir pareciera ser la manifestación más clara de la libertad; nada pareciera darnos más libertad que sentir tener el destino en nuestras manos, por lo menos en cuanto a lo que nosotros mismos se refiere.

Pero la libertad, la elección, la decisión, también son un modo de condena: condena a lo incierto, a esa incertidumbre de no saber si estamos o no en lo correcto; condena a ser conscientes de lo desolado que puede ser el futuro (aunque no por ello desolador).

Por supuesto que las elecciones y decisiones no son irreversibles, inmodificables; siempre queda la posibilidad de un nuevo comienzo; pero allí nuevamente debe haber una elección, una decisión.
Y en cuanto a la libertad quizá sólo podamos decir que hay libertades más libre que otras, algunas más buscables, algunas más temibles.

No pretendo inquirir en los límites o los alcances de la libertad, la elección o la decisión; hoy me conformo incluso con ser engañado con esto, con que el más ínfimo de los instantes me haya pertenecido; porque a veces sólo basta un instante para que nuestras vidas se definan.

No es nada fácil precisar cuál es una elección o decisión determinante, porque para ello deberíamos poder precisar todas y cada una de las consecuencias, idea que me resulta un tanto inconcebible. Incluso me resulta un tanto inconcebible poder determinar consecuencias retrospectivamente: ¿dónde fijar el fin de una consecuencia, incluso en situaciones extremas o desgraciadas?

Nuestra convicción debe guiarnos, pero debemos estar atentos a que en este afán de guiar no nos haga perder.