Filosofándonos

"Si es necesario filosofar, es necesario filosofar. Si no es necesario filosofar, de todos modos es necesario filosofar, porque sólo filosonfando se puede demostrar la necesidad de prescindir de la filosofía". Agustín de Hipona.

martes, abril 14, 2009

Apariencias y modos de ser

Hoy fui, lo diré así como para no herir susceptibilidades, a una de esas tantas fiestas formales, donde sólo hay cabida para la elegancia y demás superficialidades. Pude negar mi presencia, pero digamos que a veces unos crédulos ideales no justifican el egoísmo y más aún cuando para otra persona un pequeño gesto puede tener tanto valor.

Todo fue en demasía, mucha sutileza, mucha hipocresía. Los miraba, todos tan iguales, pero a la vez tan distintos, y el énfasis puesto en diferencias que no se quieren mostrar, pero que para que no sean las hacen ser, no vaya a ser cosa que a ese no ser se lo confunda con la nada. Profesiones, logros, aspiraciones, hasta los fracasos desfilaban con la arrogante delicadeza, que me parece que ya ni siquiera ellos mismos perciben, o bien una masoquista vanidad que no deja de ponerse a prueba en el intercambio de palabras cruzadas, que si bien parecieran que tratan de llegar al otro, no hacen más que salir de sí para llegar a sí, y entonces no es un ego enfrentándose a otro ego, sino egos que mutuamente se usan para reafirmarse ante sí mismos.

No quise ser igual, no quise formar parte, ¿pero qué ser? Porque uno puede caer en el error de pensar que un comportamiento contrario ya nos hace diferentes, en todo caso nos hará diferente en apariencia, pero el modo de pensar es igual, contrariamente igual, ya que sólo se trataría de un comportamiento superficial. Vestirnos diferentes no nos hace diferentes, pero también sucede lo opuesto: vestirnos igual no nos hace iguales; por ello se torna necesaria esta distinción entre apariencia y pensamiento, o más bien diríamos, entre apariencia y modos de ser.

Sé que tal vez sea una generalización sin fundamento animada más por el prejuicio que por la razón, pero se me hace que esa gente es igual con o sin traje, aunque lo mismo sucede con nosotros (si es que el fondo somos algo).

5 comentarios:

Terapia de piso dijo...

Sólo sé que hay superficialidades y banalidades sublimes.

Eso creo yo.

Saludos.

José Roberto Coppola

Anónimo dijo...

Mi querido Alejandro:

Estoy de acuerdo y me siento representado. Igual con el tema de las apariencias caemos en la retórica de la cebolla: ¿Y si luego de sacar pieles y pieles en el fondo no hay nada?
Máscara tras la máscara sin un rostro de fondo…

Sigue en pie la propuesta de publicar Placebo. Pasé un verano pobre y sin trabajo, pero ahora estoy consiguiendo unas cositas así que en cualquier momento te aviso y lo hacemos.

También quiero publicar otro libro, el de mi alterego Töpf. Acabo de subir un capítulo al blog, me gustaría mucho que lo leyeras

Saludos!

Adriano dijo...

Creo que siempre (o casi siempre) oscilamos entre el ser y el parecer. Máscaras más, máscaras menos, muchas veces pienso que estamos dentro de una gran obra artística en que tenemos que desempeñar determinados roles; claro que suele suceder que en más de una oportunidad equivoquemos el libreto.

Saludos!!!

MonsieurG dijo...

Por casi idénticas razones es que desde hace varios años eludo ese tipo de reuniones.

Tu descripción es muy similar a lo que más de una vez experimenté pero tu modo de exponerlo fue mucho más apropiado del que yo hubiera logrado.

Respecto de si algo nos distingue del resto, en ese marco; pues sí, ese quantum es, al menos, advertirlo y ya no permanecer indiferentes.

Muy cordiales saludos.

Filosofando al vacío dijo...

Advertir y seguir reflexionando sobre ello. Podemos ser concientes y estar errados en lo creido. Podemos embarcarnos en un afán cuestionador y opositor por el sólo mero hecho de hacerlo. Hay diferencia, sin duda de ello; y no permanecer indiferentes me parece una buena conclusión.

Saludos
Alejandro