Filosofándonos

"Si es necesario filosofar, es necesario filosofar. Si no es necesario filosofar, de todos modos es necesario filosofar, porque sólo filosonfando se puede demostrar la necesidad de prescindir de la filosofía". Agustín de Hipona.

sábado, febrero 10, 2007

¿Para quién escribiremos?

La escritura, esa especie de mágicos signos que incluso con la mayor sencillez nos deleitan y sorprenden.

Las palabras se suceden una tras otras como aquellas pequeñas pinceladas del pintor; algunas tienen sentido, otras simplemente lo van adquiriendo, pero todas con la inconfundible certeza que les permite ser, aun en la incertidumbre.

Un mundo se oculta tras ellas, y en muchas ocasiones ellas insisten en ocultar otro; en ocasiones lo logran, pero en otras lo destruyen, porque no hay más trágica metáfora que la metáfora real.
Realidad y palabras son nuestra prisión, y en los más arrojados delirios de libertad se halla nuestra expresión…

¿Pero para quién escribiremos, para quiénes son nuestras palabras? A veces, en la multitud, puede ser uno solo nuestro destinatario, aunque éste tal vez ni siquiera lo sepa; otras veces quizá lo sepa, pero quizá no sea precisamente éste quien nos comprenda…

4 comentarios:

Alter Ego dijo...

No lo sabemos, no sabemos para quienes son nuestras palabras, solo sabemos que estamos condenadas a ellas, y que ellas son lo que nos hace diferentes. Saludos

Anónimo dijo...

Tenía ganas de decirte que TEAMO MAS QUE A MI SER...Y QUE DARÍA TODO POR UNA VIDA ETERNA JUNTO A VOS...SOS PRECIOSO...TE AMMMOOOOOOOOOO

VITOCHAS dijo...

Dífil pregunta y por tanto díficil respuesta.

Aunque también existe una forma lógica de responderla: escribimos para los lectores.

Sin embargo la esencia de la pregunta es ontológica, pregunta por un quién y por un destino; pregunta por un ser y su existencia.

De momento se me ocurre como respuesta la reflexión de Imré Kertész en torno a la imposibilidad de olvidar: "quiera o no quiera, no puedo hacer otra cosa si escribo, recuerdo y debo recordar aunque no sepa por qué, por el saber sin duda, pues el recuerdo es saber............sabemos y recordamos para que alguien se avergüence de nosotros ya que nos ha creado, si, recordamos para él, exista o no exista, porque al fin y al cabo da igual que exista o no, lo esencial es que alguien-quienquiera que sea- se avergüence de nosotros y (quizá) por nosotros".

Un saludo y gracias por leerme.
Víctor

iamato dijo...

Dado que, en el fondo de lo absoluto somos uno, y del fondo de lo absoluto, del océano de lo abstracto , es de donde surge cualquier creación a lo concreto, en relidad lo que escribo me lo cuento a mi mismo.
Lo que escribes ere tu hablándote a ti mismo. Lo que lees, aunque lo haya escrito otro, te lo dices a ti mismo, desde la parte de tu ser más cercana al origen de todo.
Esto es difícil de entender desde el intelecto racional puramente dualista. ¿Cómo podemos ser Uno y seismil millones a la vez?
Las personas nacemos y morimos como las olas del mar, pero el gran océano de la conciencia humana permanece. Las olas son olas sin dejer de ser océano.