Allí una vez más promesas vacías, pero llenas de ilusión; palabras verdaderas, pero no siendo más que un suspiro perdido en el aire.
Muchas promesas son meros intentos de esquivar la realidad, realidad que nosotros mismos construimos.
Hoy una promesa es una hipocresía, callada, sabida, compartida.
Todo lo otro no es más que un espejismo, hasta incluso nosotros mismos lo seamos.
miércoles, agosto 12, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Y muchas veces terminamos haciéndonos muchísimas que nunca cumplimos.
Saludos.
José Roberto Coppola
sin embargo, algunas se cumplen
saludos, colega
Publicar un comentario