ILUSIONES

No importa cuáles sean las palabras cuando fácilmente todo es un engaño; no importa cuán imperante sea la incertidumbre en la distancia cuando aquí se posee una certeza, pero que en el fondo no podemos saber que es tal, pero que tampoco importa.

La vida o el sentido no es algo a lo que logramos alcanzar y que entonces nos pertenece y que está en nuestras manos su perduración o no; nada de eso, la vida o el sentido es sólo este instante, todo lo demás son ilusiones vacías que se dibujan en el horizonte para mostrarnos que no debemos detenernos; y de hecho muchas veces no lo hacemos y caminamos sintiendo aquella calida brisa llamada felicidad.

Pero no hay nada, sólo la ilusión de una ilusión. Y aquí, en este instante, tampoco hay nada, o mejor dicho, poca importancia tiene si es que lo llega a haber; un instante que se detiene es un instante que se comienza a desvanecer, y allí es cuando se avanza, como rescatando la mayor cantidad de cosas posibles del incendio, pero donde vamos tampoco se está a salvo y allí nuevamente la ilusión de conservar y sobrevivir.

Hoy miraremos al horizonte desde aquí, sonreiremos a sus tentaciones, y allí esperaremos nuestro destino, luego sólo habrá realidad.

INTENTAR CREER

Inciertamente caminamos, pero lentamente evitamos algunas realidades.

Una verdad más profunda nos invade, una que en el fondo confía en la creación de la ilusión, pero que a su vez se mantiene distante como para no ser parte cuando los cristales estallen y la luz recobre su color, ese color en el cual nuestros rostros se verían, uno al otro o bien uno a uno mismo.

Demasiado se puede perder con intentar creer, pero no siempre se elige.