La concreción de una obra (cualquiera sea su tipo o género) acaece cuando su autor considera que ha manifestado lo que pretendía, aun en forma ambigua o hasta inconclusa.
Sin duda que concluir una obra no es agotarla, pero es un modo de instanciar perspectivas, que en definitiva supongo que es lo que hace progresar o enriquecer los diferentes modos de ver y comprender.
Cada obra es su propio mundo de creación, es una realidad y un presente, que luego pasa a ser un pasado que a lo único que puede aspirar es a converger, a veces vagamente, en la obra. El resto de lo hoy real con suerte sobrevivirá en alguna anécdota.
domingo, octubre 28, 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)