Filosofándonos

"Si es necesario filosofar, es necesario filosofar. Si no es necesario filosofar, de todos modos es necesario filosofar, porque sólo filosonfando se puede demostrar la necesidad de prescindir de la filosofía". Agustín de Hipona.

sábado, febrero 24, 2007

Cosas pendientes

“No dejes para mañana lo que se pueda hacer hoy”; ¿pero cuánto se puede hacer hoy?, ¿cuándo es ese mañana?

He notado que tengo más cosas pendientes que las que efectivamente realizo; más planes que concreciones; más ideas volando que una en mano.

A veces es bueno contar con una diversidad de horizontes, dado que sea cuál sea la dirección por la que se vaya algo de lo querido se habrá obtenido. Pero esto es sólo un ilusivo consuelo, el último falso aliento de quien se sabe que ha fracasado.

Ambicionar mucho tiene sus consecuencias. El caminante puede obtener su triunfo al compararse con otros, pero sin duda tendrá su defraude a él mismo saber a dónde no pudo llegar.

Pero allí está siempre la realidad, esa mezcla, o tal vez resultado, de lo que queremos hacer, de lo que podemos hacer y de lo que, entre caminos truncos y conformistas, hacemos.

sábado, febrero 10, 2007

¿Para quién escribiremos?

La escritura, esa especie de mágicos signos que incluso con la mayor sencillez nos deleitan y sorprenden.

Las palabras se suceden una tras otras como aquellas pequeñas pinceladas del pintor; algunas tienen sentido, otras simplemente lo van adquiriendo, pero todas con la inconfundible certeza que les permite ser, aun en la incertidumbre.

Un mundo se oculta tras ellas, y en muchas ocasiones ellas insisten en ocultar otro; en ocasiones lo logran, pero en otras lo destruyen, porque no hay más trágica metáfora que la metáfora real.
Realidad y palabras son nuestra prisión, y en los más arrojados delirios de libertad se halla nuestra expresión…

¿Pero para quién escribiremos, para quiénes son nuestras palabras? A veces, en la multitud, puede ser uno solo nuestro destinatario, aunque éste tal vez ni siquiera lo sepa; otras veces quizá lo sepa, pero quizá no sea precisamente éste quien nos comprenda…